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Quienes somos?
Somos un grupo de amigos y amigas con ganas de crecer y ser mejores cada día
 
Que hacemos?
Convivimos, platicamos, jugamos, reímos, aprendemos, cantamos, nos divertimos, nos ayudamos mutuamente.
 
Para qué?
Para ser auténticos, disfrutar de la vida y vivir plenamente.


HISTORIA DEL MFC
El origen del Movimiento Familiar Cristiano se remonta al año 1939, poco antes de la segunda guerra mundial en la ciudad de París Francia, donde el abad Henry de Cafarel, fundo los equipos de Nuestra Señora, que era un movimiento de espiritualización familiar y conyugal que buscaba la re cristianización de la familia, mas adelante inspirado en la anterior iniciativa surgió en el año de 1947 en la ciudad de Chicago, Estados Unidos, un movimiento similar denominado Cristian Family Moviment.

Un año más tarde en 1948 surge el movimiento en América Latina, precisamente en Buenos Aires Argentina, donde un grupo de la liga de madres invita al padre Pedro Richards para que les hable del mensaje de la Virgen de Fátima, conjuntamente con sus maridos ya que el tema era la familia.

Se forma entonces el primer grupo con el nombre de Movimiento Familiar Cristiano, gracias a su carisma apostólico y al esfuerzo de tres matrimonios, los Soneira, los Helzi y los Gallinal, y del padre Richards se propaga este movimiento por todo el continente. 

 

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EVANGELIO PASCUAL

Lc 24,13-35
El mismo día de la resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo reconocieron. Él les preguntó: “¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?”. Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: “¿Eres tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días en Jerusalén?”. Él les preguntó: “¿Qué cosa?”. Ellos les respondieron: “Lo de Jesús el nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo. Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel, y sin embargo, han pasado ya tres días desde que estas cosas sucedieron. Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro, no encontraron el cuerpo y llegaron contando que se les habían aparecido unos ángeles, que les dijeron que estaba vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron”. Entonces Jesús les dijo: “¡Qué insensatos son ustedes y qué duros de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas! ¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así entrara en su gloria?”. Y comenzando por Moisés y siguiendo con todos los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que se referían a él. Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: “Quédate con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer”. Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él se les desapareció. Y ellos se decían el uno al otro: “¡Con razón nuestro corazón ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!”. Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: “De veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón”. Entonces ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
 
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